La aparición de nuevas herramientas, que facilitan de alguna manera nuestra vida, viene de la mano de cientos de teorías y leyendas que vaticinan poco menos que el fin del mundo.
Quizá, el ejemplo más claro fue el llamado "efecto 2000". Muchos esperaban que se produjera un caos al darse diversos problemas informáticos que harían que muchos ordenadores dejaran de funcionar. Este problema derivaba de la dependencia que ha adoptado la sociedad de la tecnología. Los "expertos" hablaron y la población, casi siempre desinformada y basándose en suposiciones y rumores, esperaba con el corazón en un puño la llegada del minuto uno del 1 de enero del año 2000. Finalmente, todo quedó en una falacia.
El vídeo que se encuentra a continuación es un ejemplo más de lo anterior. Basado en suposiciones, una vez más el eje que lo sostiene es, en mi opinión, el miedo que nos supone el futuro.
Fue producido en 2005 y vemos que, en el año 2009 no se ha iniciado el cambio drástico que adelantan. Al contrario, creo que los diarios han encontrado la forma de renovarse y aprovechar las nuevas tecnologías sin que les supongan un lastre. No comparto, por tanto, la posición tan negativa que toma el vídeo por diversas razones.
En primer lugar, dudo que los consumidores de periódicos pretendan que se le ofrezca solamente una información relacionada con sus intereses. Una persona que esté interesada por las noticias está, en teoría, abierta a cualquier novedad que se produzca, sea en su ciudad, en su país o en cualquier otra parte del mundo. Lo contrario sería un retroceso, un ensimismamiento, y no creo que la sociedad quiera eso.
Lo segundo, opino que las nuevas tecnologías no hacen sino acercar la información al usuario. Con esto quiero decir que es útil que exista una edición digital del periódico, con lo que no sólo no desaparecen puestos de trabajo, sino que se abre un abanico de posibilidades y especialidades para los nuevos periodistas.
Por último, es cierto que herramientas como los blogs permiten que cualquiera tenga voz y difunda su opinión sobre cualquier tema. Su oferta es ilimitada y cada lector puede escoger una publicación en función de sus gustos. No obstante, este factor debería ser aprovechado y obtener de él máximo beneficio posible. Es decir, prefiero verlo como una oportunidad de que alguien lea lo que escribo y no como una amenaza a la que combatir. Además, casi todos los periódicos digitales ha incorporado un apartado dedicado a bloggeros.
Visto el vídeo, podemos elegir dos caminos: esperar a que llegue el año 2015, ver qué ocurre con los medios de comunicación y darnos cuenta de que, efectivamente, su contenido era demasiado apocalíptico o comprar acciones de Google. Mientras tanto sólo nos queda esperar.
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